River Plate pasó por encima a Instituto
en el campo de juego y lo superó por 1 a 0, aunque pudo haber sido una goleada.
Con el triunfo, se ubicó segundo, pero ahora a solo a 1 punto de el líder...
River fue superior durante todo el
partido. Apenas le costó acomodarse los primeros 15' de juego. Se notó el
pedido de Almeyda de presionar la salida rival, ya que Instituto nunca pudo
salir cómo desde abajo. En cada saque de arco para el visitante, el tridente
estaba listo para convertise en los primeros defensores del equipo. Mas atrás
esperaban Cirigliano y Ponzio, que presionaban la salida en el medio, uno yendo
a buscar y el otro relevandolo. Diaz era quién salía a buscar la pelota cuando
el balón era enviado largo sobre la banda izquierda local y González era quién
volvía para cuidar su puesto. Así planteó el partido Almeyda, anulando a
Instituto en todas las líneas, sin dejar la mínima posibilidad de expresión en
los jugadores de La Gloria, que no tenían otra opción que luego de ser
presionados abajo, revolear la pelota para arriba.
Ofensivamente, el Millonario se paró con una
línea de tres en el fondo, con cuatro volantes y el famoso tridente. Carlos
Sánchez finalmente no fue el cuarto defensor, sino que fue volante derecho,
mientras que César González fue el volante por izquierda. En el medio estuvo en
tándem Cirigliano-Ponzio, que aportó claridad en distribución y salida limpia
con el juvenil, y equilibrio y recuperación con el ex Zaragoza. En la
delantera, Domínguez jugó de extremo derecho, y no ocupó el puesto de enlace
que generalmente lo saca de partido. Cavenaghi y Trezeguet fueron los
centrodelanteros, pero fue el número 9 quien tuvo la tendencia de tirarse atrás
para recibir y conectar el juego.
River tuvo varias chances para subirse
arriba en el marcador en el primer tiempo, pero ningún balón llegó a tocar la
red. Trezeguet y Cavenaghi se buscaron, Domínguez se enchufó, el
"Maestrico" generó y Sanchez se proyectó. Instituto apenas tuvo una
con un remate cruzado del adolescente Dybala.
El gol se hizo esperar hasta el segundo
tiempo. Pero la alegría llegaría a los 10 minutos. Luego de una buena jugada de
el "Maestrico" y un remate de Cavenaghi, David Trezeguet anotaría el
único gol del partido luego de pegarle mordido al rechazo de Chiarini.
Damiani se iría temprano a las duchas
luego de ser expulsado polémicamente luego de un forecjeo con González en el
área Millonaria. Instituto se quedaba con diez, y ya sin Videla, quien maneja
los hilos, en el campo de juego.
Almeyda pidió a sus players que no se
tiraran atrás y que no cesaran con la presión que tanto resultado les estaba
dando. Y así fue, River siguió yendo a buscar y pudo haber anotado dos o tres
goles más si la suerte estaba de su lado. La figura de Chiarini, la mala
definición y el travesanio, fueron los motivos por los que el partido no
terminó con más anotaciones. El técnico de River fue el autor intelectual de la
victoria. Acertó con el esquema, con el planteo y con los jugadores. Siempre
pidió ir a por más goles y no se achicó en ningún momento del partido. El
equipo se superó a si mismo, y si esto continúa, no hay rival en la categoría
que pueda hacerle frente a semejante monstruo.
Era un partido trascendental, uno de esos
partidos donde toda la gente que generalmente se queda en su casa para verlo
tranquilo, se moviliza y va hacia el Monumental. Gracias a esto, el marco fue
nuevamente inmenzo, con una cantidad de hinchas monstrusa. Todas las tribunas
estaban colmadas y varios minutos antes del comienzo del partido ya no cabía
mas gente. La gente vivió el partido como una final, como los jugadores a
quienes se los vió mucho más "enchufados" que otras veces. Luego del
pitido final de Maglio, la gente alzó sus brazos, celebró, cantó y saltó. La
gente estaba contenta, porque River ganó, gustó y hasta pudo haber goleado a
el, por ahora, puntero del campeonato.
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